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A lo lejos se veían venir unas nubes. Lentamente el cielo se cubrió con un manto gris y de pronto escuchamos los primeros truenos. Estábamos en la piscina, ubicada en la azotea del Hotel Othon Palace. Minutos después cayeron las primeras gotas y comenzó a dibujarse la figura de un arcoris que partía en plena ciudad de Río de Janeiro y terminaba en medio del Océano Atlántico. En eso saqué mi cámara, la protegí con mis manos de la lluvia y obturé esta fotografía.
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