sábado, 22 de diciembre de 2012

Una propuesta (en el cerro Concepción)

Maquita
La moto y el grafiti Cerro Concepción Reloj Turri Flores en la ventana El pasaje Restaurant La Concepción

Valparaíso tienen un aire mágico que existe en muy pocas ciudades del mundo. Las calles estrechas de los cerros, el silencio y los gatos que observan desde alguna ventana  le dan un aura de misterio.


Cuando pienso en los lugares que dan forma a Valparaíso, me resulta imposible abstraerme de las situaciones que he vivido en aquellos rincones.

Sin títuloAsí, cuando pienso en el argumento para una crónica del Cerro Concepción, me es inevitable que no surja el recuerdo, amarrado a sus calles, de mis paseos con Macarena y la propuesta que le hice en una de aquellas casas con vista a la bahía.

El 25 de junio de 2008 cumplíamos siete años desde que nos conocimos. Para que Macarena no sospechara de mis intenciones, hicimos nuestras rutinas habituales como de costumbre. Durante el día trabajamos y por la tarde fuimos al gimnasio.

Al salir de Cuerpo y Mente palpé la pequeña caja que tenía guardada en mi bolsillo derecho, respiré profundo y la invité a cenar. Durante el trayecto hablamos sobre las cosas que nos habían sucedido en el trabajo y casi sin darnos cuenta llegamos hasta las estrechas calles del cerro Concepción. Caminamos lentamente por el paseo Gervasoni, nos abrazamos frente a la casa de Lukas y dejamos que nuestra vista se perdiera hacia el mar.

Continuamos nuestro recorrido tomados de la mano, hasta que dirigimos nuestros pasos hacia el Restaurante La Concepción. Macarena me miró incrédula cuando atravesamos la puerta del local, saludé al mozo y le mencioné que tenía una mesa reservada para dos.

En el segundo piso del local estábamos sólo nosotros. El mozo trajo dos pisco sour, hicimos el pedido y quedamos nuevamente a solas.

En ese momento extraje la pequeña caja desde mi bolsillo, la puse frente a ella y le pregunté si quería casarse conmigo. Nuestras miradas se cruzaron y proyectaron tantas historias juntos, tanto cariño, tanto amor. Macarena soltó un par de lágrimas. Sonreímos y nos besamos.

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